06-03-2020
El libro es una representación del mundo y de la cultura que lo produce, un espacio donde queda guardada la memoria. A lo largo de nuestra historia reciente, los regímenes políticos han venido actuando sobre el sistema educativo, también sobre el libro escolar, segregando -aún más si cabe- la educación dirigida a las niñas.
Durante el franquismo, algunas materias estaban controladas por organismos ajenos al Ministerio de Educación: la Delegación Nacional del Frente de Juventudes para las asignaturas dirigidas a los niños y la Delegación Nacional de la Sección Femenina, para las de las niñas, ambas integradas en la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (FET-JONS).
En esta nueva escuela, “el Ministerio […] propone orientar a las alumnas hacia un programa específico que las dirige hacia el hogar cristiano del que ellas -le dicen- deben ser sumisas piedras angulares” (Peiró Alemán, 2000: 160).
El número de asignaturas era mayor para las niñas, dado que incluía disciplinas “femeninas” centradas en aspectos del hogar: economía doméstica, formación familiar y social, higiene y labores en Educación Primaria y, además, cocina, corte y confección, formación política, medicina casera, música (y canto) y trabajos manuales en las Enseñanzas Medias; de hecho, las disciplinas competencia de la Sección Femenina fueron etiquetadas como “Enseñanzas del Hogar”.
No obstante, la enseñanza de actividades domésticas a las niñas no fue una innovación del franquismo. La Ley Moyano de 1857 contemplaba “labores propias del sexo”. Y los programas de 1932, en la II República, gestionaban la asignatura “Trabajo manual y Enseñanza doméstica”.
Niñeras, criadas o doncellas; corte y confección (Sistema Martí) y escuelas de bordados; peluquerías, fábricas, bancos u oficinas -tras haber aprendido contabilidad y taquimecanografía- o la carrera de magisterio… Esas eran las salidas profesionales para niñas y jóvenes.
Queremos conmemorar el Día Internacional de la Mujer con esta pequeña muestra sobre el libro escolar “femenino” -que forma parte de la colección “Biblioteca escolar” del Museo Escolar de Pusol-, para reflexionar sobre los cambios que desde entonces han acaecido en nuestra sociedad, en general, y en la educación y la igualdad de género, en particular.
Autora: Marian Tristán, Coordinadora del Museo Escolar.